17 may 2014

Encierro Colmenar 3/5/14 Plaza

A Toro Riesgo!!!!

ENCIERRO COLMENAR DE OREJA 3/5/14

Colmenar de Oreja es uno de esos pueblos taurinos taurinos, les gusta la tradición, la esencia del encierro, las costumbres, y luchan por mantenerlas e inculcarlas. Años atrás se embolaban toros, se soltaban por la noche después de la embolada por las calles, antes se traían los toros por el campo. Todo esto no se puede por el reglamento de festejos populares de la Comunidad de Madrid, incluso las emboladas se hacían, aún a sabiendas de la correspondiente multa que les pudiese caer, en la actualidad directamente no se puede, ni pagando una multa económica. Respecto a hacer encierros por el campo seguramente que lo terminen consiguiendo, no en vano este 2.014 es el segundo año que hacen un encierro campero con caballos por el campo con bueyes. Colmenar de Oreja tiene una de las mejores cuadrillas de emboladores de España, son varios los años que han conseguido ser campeones de España, además de otros muchos títulos, aún no pudiendo embolar en su Comunidad y tener que hacer cientos de kilómetros para poder practicar el arte que les gusta.

Las calles de Colmenar respiran tauromaquia. Mucho antes de empezar el encierro se palpa la tradición, el riesgo, la historia, las costumbres. La plaza de toros enclavada en un sitio privilegiado, en la plaza Mayor, la cual se asienta sobre un antiguo barranco y bajo sus pies hay en la actualidad un túnel. Tiene uno de los accesos más complicados en cuanto a encierros se refiere. Es una entrada única, una manga de poco más de un metro de ancho, con unos escalones para acceder a ella, única en Madrid, y posiblemente única en el Mundo. Las calles estrechas, en bajada, con suelo irregular, incluso adoquinado como ocurre en la calle Empedrada. Muy pocas zonas donde resguardarse los corredores. La zona en la que más corredores se concentran es en la Calle Concepción, ya que después de la casa de los siete patios, al llegar a la Calle de Tomás Torresano y girar por la Empedrada, la estrechez, la pendiente y la poca zona de refugio hacen muy complicada la carrera. Hay en ocasiones que es una verdadera gozada, pero otras, no se sabe la reacción de los toros, ya que estos pueden quedarse en el tramo inicial del Callejón del Pozo de la Nieve y llegar a esta zona muy parados con el consiguiente riesgo que si hacen hilo es muy complicado zafarse de ellos. Cuando van ágiles, en manada, con un poco de temple, correr por estas calles es el mayor gozo que pueden tener los corredores. Otra de las características de Colmenar de Oreja es que son TORISTAS, respetan al toro, y les gustan los toros grandes, con fuerza, trapío y sangre. Sangre de esa envenenada, de esos encastes que tienen peligro, que se huele el riesgo, que el toro humilla, que baja la cabeza, que muerde los tobillos.

El sábado 3 de mayo, con un par de minutos de retraso, a las 9:03 comenzaba el encierro. El primero en manada de este año, con los utreros a lidiar por la tarde. Utreros de la ganadería cacereña de Vicente Ruíz, procedencia de El Ventorrillo. Fue un encierro rápido, la manada se partió en dos casi de salida. Un toro colorado encabezaba el encierro, salió muy fuerte, empezó a mirar a todo y bajar paulatinamente el ritmo, aún así sus hermanos no le alcanzaron, entrando en la plaza por la sinuosa manga. Cuando llegaron sus cinco hermanos junto a tres bueyes, el primer toro ya había entrado a corrales, que dicho sea de paso, tienen una entrada preciosa, amplia, el doble que la entrada por la que se entra del encierro. Poco después llegaron los otros cinco toros, de diferentes pelajes, dos colorados, dos negros y un burraco, pero muy parejos de cara. Después de este primer encierro, y casi sin tiempo, volvieron a subir tres cabestros a por el primer toro de capea.

Un toro colorado, que buscaba la pelea, salió fuerte, por delante de los bueyes. Al llegar a la Calle Tomás Torresano, giro detrás de un mozo que se estaba quitando en los barrotes que hay a la derecha en la calle Costanilla de Silleros, llegando casi a parar, pero los cabestros que venían por detrás lo arroyaron, tirándole al suelo. Al levantar, dudo un instante y rápidamente emprendió la bajada. Al llegar a la zona de la iglesia y pisar las losetas del pavimento no debió estar muy conforme y amenazó con darse la vuelta. Ya en la plaza la tomó con uno de los cabestros.

El último toro en encierro de la mañana se hizo esperar. Nada más salir cogió a un chico que no estaba en perfectas condiciones, también le dio a uno de los cabestros. El toro iba muy parado, con mucho peligro, muy observador, sin arrancadas, con querencia a darse la vuelta, a la mínima lo intentaba. Muy poco a poco llegó a la zona más estrecha, allí parecía que iba a coger carrera, pero siguiendo lentamente, con paradas intermitentes, levantando la cara al paso por ventanas y barrotes, incluso arremetiendo en estos y llegando a levantar los que hay junto al casino. Por cierto, no estaría mal, por un lado que la gente no llame al toro desde los barrotes, pues se castiga demasiado al animal, y el que llama no demuestra ninguna valentía, sino una desconsideración hacia el toro, y por otro, que pongan algún tipo de barrote enganchado a la pared, pues no es la primera vez que un toro levanta los barrotes de esta zona. Volviendo al encierro, el toro siguió poco a poco por la calle empedrada, y giro con intención de entrar en la plaza, pero se dio la vuelta, hasta la zona del casino, allí permaneció unos largos minutos, emplazado en la calle empedrada, zona en la que le pusieron como pudieron una soga para poder conducirlo hasta la plaza y luego a los toriles.


Fotos realizadas by Goyo


























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